Huí del bosque donde se adormece tu sombra.
Me fui del tiempo donde nadie está.
Cuidé la vida con sus ojos claros;
Y su duende alado que ama en una estrella.
Corté las ramas con nidos donde mece el alboroto,
Y la tragedia musita el destierro.
Al llano me incorporé para aventurar
Que el vértigo, a veces, no es lo mío.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario