jueves, 30 de mayo de 2013

Y también no tanto

Vuelvo de Buenos Aires y esto es una travesía, 
al menos, inquietante...

Escucho un zumbido de plata, 
una orilla embarrada, un acorde asonante, 
la fatiga de un sol entre bandas siempre enfrentadas.

Inquietante; el silencio de esquinas de ochava gastadas, 
carteles dolientes, las calles con manchas,
el imberbe grito de honores en todo, o casi.

Inquietante; la razón del astuto
se junta en un bar de aspirantes,
de brazos y manos y ojos y voz, 
de saberse seguros, únicos, importantes; 
y nos hizo el destino de humedad,
con la ambigua desidia del que llora y mama,
desde un abrazo de gol, hasta un oprobio de estado.

Inquietante; volver de Buenos Aires, 
como si nada se haya ido;
la pasión como un tango, la pujanza de un parto,
la farola que alumbra, la corrientes no duerme;
y nos ama un atlántico,
y nos une un amor de una tierra labrada,
un almacén, gente de barrio;

Inquietante, al menos, saber que es buena, 
y también no tanto. 

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